Durante los próximos 60 días Barack Obama tendrá que encarar un dilema en la disputa que enfrentan dos de las compañías más grandes del mundo, y que tendrá importantes implicaciones para el papel de la propiedad intelectual en el sector de la tecnología.
Obama podría utilizar sus poderes presidenciales para tumbar un fallo hecho por la Comisión de Comercio Internacional (CCI), una agencia de Washington, que el martes le prohibió a Apple vender ciertos iPhones e iPads en los Estados Unidos. Si no, podría seguir el ejemplo de la mayoría de sus predecesores en estos casos y beneficiar a la compañía surcoreana Samsung, el duro rival de Apple, que según un caso más temprano se definió que había copiado los diseños del iPhone, apoyando el fallo de la CCI.
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